jueves, 19 de diciembre de 2013

DIA 4: PAILIN – BATTAM BANG (90KM)

11/11/2013
Ya estábamos en Camboya y por fin íbamos a pedalear después de tres días de traslados entre aviones, autobuses, furgonetas y taxis para llegar a Pailin desde Barcelona. La aventura tan solo acababa de empezar!!


El día empieza pronto en este país, a las 5 de la mañana ya está todo el mundo en pie y funcionando,  así que no quedaba otra que adaptarnos a los nuevos horarios ya que a las 17:30 oscurecía y teníamos que aprovechar el tiempo!!

A primerísima hora y todo en marcha
A las 6 de la mañana nos poníamos en marcha y de esta manera intentar esquivar las mayores horas de calor mientras pedaleábamos.

Las afueras del Wat Phom Yat, Pailin
En un principio la idea era transitar por pistas y fuera de las carreteras principales para adentrarnos lo máximo posible a la vida Camboyana pero la realidad iba a ser otra…los mapas que teníamos no marcaban todas estas pistas, no estaban señalizadas y las que lo estaban eran en jemer (idioma Camboyano) y no se entendía nada!!
Así que  rodamos por las carreteras principales,  que estaban en condiciones, buen arcén y encima con muy poco tráfico.

Primeras pedaladas por Camboya
Enseguida comprobamos que los desniveles en Camboya iban a ser suaves ya que apenas acumulábamos desnivel con el paso de los kilómetros y por muy lejos que miraras solo conseguías ver campos de arrozales… para pedalear con alforjas era genial!!

Arrozales del noroeste
Arrozales del noroeste
Otra de las cosas que nos asombró es que cada pocos kilómetros encontrabas carteles anunciando “Cambodian people’s party”, y se confirmaba el lema ya que a la gente que preguntábamos información se mostraban muy amables y todos los niños nos saludaban al pasar con un “hello” a gritos!!

Camboya People's Party
El sol enseguida apretaría, tanto que a las 11 de la mañana ya superaba los 30 grados hasta picos de 39 grados a medio día!! Por suerte para nosotros, es que cada pocos kilómetros te encontrabas con puestecitos en la carretera donde vendían desde fruta y bebida fresca (agua embotellada, coca cola, zumos…) dentro de una nevera con hielo hasta gasolina en botellas de litro y medio!! Y no pasaríamos hambre ni sed!!

Puestos de avituallamiento
Recuperando grácias a Powerbar
Iban pasando los kilómetros y no dejábamos de asombrarnos del paisaje rural y de sus gentes, con lo que nos demostraría que ni el idioma seria un impedimento para sentirnos cómodos.

Rodando por los arrozales
Apoyándonos de la guía turística de la que no nos despegamos en ningún momento, consultamos los lugares donde dormir, comer y sitios de interés para visitar.
Como aconsejaba la guía, a falta de 12 kilómetros para nuestro destino (Battam Bang) se encontraba el Phnom (colina) Sampeau en lo alto de una cima con rampas de más del 16%.

Phnom Sampeau
Al llegar arriba encadenamos las bicis y visitamos a pie  una garganta natural llena de estalactitas y enredaderas con murciélagos, recogimos las bicis y enseguida unos niños se ofrecieron a hacernos de guía hablando un perfecto inglés a cambio de unos rieles.

Figuras Jemeres
Garganta natural de estalactitas




















El lugar nos impresionaría…visitamos nuestros primeros templos, el primer Buda que se encontraba tallado en la pared a más de 30 metros de altura y unas cuevas de exterminio que mostraban, en un monumento conmemorativo  y acristalado, montones de huesos y calaveras de personas apaleadas hasta la muerte antes de ser arrojadas a una fosa común por los Jemeres Rojos.

Buda de Phnom Sampeu
Con el corazón en un puño, proseguimos nuestro viaje camino a Battam Bang.

Vistas desde lo más alto de Phnom Sampeau
La ciudad de Battam Bang tenía  todo lo imprescindible para una estancia cómoda pero tan solo pasaríamos una noche ya que al día siguiente queríamos llegar a Siem Riep en barco.

Por lo que apoyándonos de nuevo a la guía reservamos habitación en el Tomato Guesthouse por tan solo 3 dólares y nos homenajeamos en un restaurante con una pizza y cerveza camboyana!!

Pizza y cerbeza camboyana
Realmente hospitalarios...
Por la tarde y aprovechando el tiempo,  hicimos turismo en bici, compramos los billetes del barco que nos llevaría al día siguiente a Siem Riep y fuimos a ver un espectáculo de circo de lo más original y que se anunciaba en toda la ciudad, se trataba de la escuela circense Phare Ponleu Selpak que protagonizado por niños desfavorecidos organizaba actuaciones aclamadas internacionalmente con unos medios mínimos pero un espectáculo sin nada que envidiar al mismísimo Circ du Soleil!!

Escuela cirquense Phare Ponleu Selpak
Al finalizar ya de noche, volvimos al hotel con frontal ya que muchas de las calles no tienen iluminación, estábamos cansados de no parar pero entusiasmados de lo que nos deportaría el siguiente día…

Podéis ver el recorrido en: 



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