martes, 8 de julio de 2014

ETAPA 16: KAMPONG CHAM – PHNOM PENH (105KM)

23/11/2013
Sin apenas echar ojo (por los bichitos y la humedad del colchón donde dormimos), recogimos toda la ropa, cargamos las alforjas y fuimos a desayunar justo en frente del guesthouse, sobre un muro que limitaba el río Mekong. Debían ser las 5.30 de la mañana y el sol empezaba a asomar, mientras un grupo de mujeres hacían aerobic que nos hicieron muy ameno el desayuno. Nos esperaba un camino incierto hacía la capital de Camboya: Phnom Penh. 


Cuando terminamos de tomar nuestro “nespresso”, tomamos las bicis dirección oeste. En principio, íbamos a hacer este camino en taxi, pero como teníamos tiempo para pedalear un día más lo hicimos pedaleando. 
Al principio el camino era como el día anterior, siempre al lado del rio Mekong, cruzando aldeas rurales y poblaciones Cham, todos llenos de vida, niños y “Hello’s” a nuestro pasar…
Amaneciendo en el Mekong
¿Un poco de carne?
Algunos budas por el camino
¿Falta mucho?
Algunos de los cientos de niños que
habían en el camino!

Una boda Camboyana
Sin embargo, pasado unos kilómetros, el camino empezó a convertirse en un barrizal lleno de baches durante kilómetros y kilómetros… algo incómodos para hacerlos con las alforjas, que rebotaban continuamente, pero que por el hecho de estar allí apenas tenía importancia…
Hasta aquí vamos bien.. ;)

Algo de barro en el camino...


Cruzando aldeas camboyanas

Será por puentes!!!












El único pinchazo del camino!





A falta de unos 20km para llegar a la capital, el camino se convirtió en un LARGÍSIMO tramo de obras con viento de cara, creo que nunca hemos “comido” tanto polvo!! Estos kilómetros se hicieron interminables…de hecho, tuvimos que parar a hacer un par de cocacolas y unas oreo cuando casi ya estábamos, pero es que el calor, el viento y el polvo acabaron con nosotros!!
Finalmente llegamos a Phnom Pen, salvando las distancias, lo más parecido a una ciudad occidental que habíamos encontrado! Entramos cruzando el Japanesse Bridge que nos llevó a una enorme rotonda donde ya nos dimos cuenta que llegar hasta el hotel iba a ser lo más difícil que habíamos hecho hasta el momento… ¡los coches, las motos y todo el mundo iba por donde quería! ;)

Llegamos a Phnom Penh
Preguntamos a un policía que nos indicó estupendamente donde teníamos que ir. Encontramos la zona cerca del estadio Olímpico, el primer hotel que habíamos pensado no tenía habitaciones, consultamos la guía y vimos que había otro hotel cerca, algo más caro (15$ la noche) pero con buena pinta, el Star Wood Inn,  tenían habitaciones (preciosas y muy limpias con agua caliente) y un lugar dónde dejar las bicis en la entrada.
Descargamos todos los trastos rápido, tomamos una ducha y nos fuimos a visitar el museo Tuol Sleng (S21), que estaba unas cuantas calles hacia el sur.
El paseo hasta allí fue “divertido”. Ir en bici ya tenía lo suyo, pero caminar era la ostia! La ciudad no tenía aceras, y si las tenía estaban llenas de comercios y trastos, cruzar la calles era casi “misión imposible” no sabías donde tenías que mirar para hacerlo, así que tenías que meterte allí en medio y desearte suerte! ;) Sín embargo, tras unos cuantos paseos nos acostumbramos muy bien…

Entramos en el museo justo cuando pasaban un pase filmográfico: Bophana: La tragedia Camboyana (relata la historia de las confesiones forzadas en la etapa de los Jemeres Rojos a través de una relación entre una chica joven, Hout Bophana y Ly Sitha, un antiguo budista convertido a Jemer Rojo), el cual no acabamos de ver ya que no entendíamos nada..
La S21 (Tuol Sleng) se convirtió en una cárcel durante la época de los Jemeres Rojos (1975-1979) donde miles de camboyanos fueron torturados para luego llevarlos a los campos de exterminio. La visita es muy deprimente y aun se puede sentir todo el sufrimiento vivido, vale mucho la pena visitarlo pero resulta una experiencia muy dura…

Habitación de tortura de la S21
Pozas de tortura de la S21
Celdas de la S21
Fachada de la S21
Al salir del museo dimos un paseo de un par de horas hasta el hotel comentado todo lo visto en el lugar y contemplando esta “curiosa” ciudad con apenas 30 años de vida.

Mercado Ruso de Phnom Pen

Cenamos un batido de frutas cerca del hotel y no tardamos en irnos a dormir. Al día siguiente continuábamos en Phnom Penh, así que no teníamos que madrugar demasiado, seguiríamos visitando la trágica historia de este país en los campos de exterminio y visitaríamos la isla de las sedas un lugar idílico a pocos kilómetros del bullicio. Pero eso seria mañana,…

DETALLES DE LA RUTA:

1 comentario:

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