15/10/2014
Me
desperté a media noche a causa de un fuerte calor que había en la habitación,
parecía como si de repente habían encendido a tope la calefacción, mi sorpresa
y mi susto fue cuando comprobé que el calor salía de Isra… sin que se diera
cuenta le puse el termómetro y cuando lo saqué, el mercurio sobrepasaba los
40°… me levanté de un salto y tirando de recursos de nuestras madres empapé las
toallas con agua helada para tirárselas por la cabeza y cuerpo, Isra se
despertó pero entre palpitaciones apenas se enteraba de nada…
Al
amanecer, Isra se despertó, según él, algo mejor, su fiebre había bajado a 38’5°.
Fuimos
a tomar el desayuno que tan amablemente nos habían preparado Mercedes y Mario,
mientras planeábamos el día… decidimos que seguiríamos el recorrido en bus
hasta que Isra se encontrara bien.
Tras
el desayuno Mercedes comentó que lo que tenía Isra era un empacho y para
comprobarlo utilizó una técnica que se enseñan de padres a hijos midiendo los
antebrazos que caben entre una toalla extendida y la barriga, si no se tiene
empacho el último puño cabe perfectamente y si se tiene no entra, a Isra el
último puño le quedaba en el pecho, con lo que dijeron que tenía un ¡fuerte
empacho!
De casualidad el padre de Mario pasaba por delante de casa (un
viejecito estupendo de más de 80 años montando en bici y fumando habanos…;)) al
parecer un gran experto en quitar empachos, lo llamaron y vino a frotar los
gemelos de Isra, mientras decía: ¡Esta
viejo! (para referirse a que hacía tiempo que lo tenía) e Isra aguantaba el
dolor apretando los dientes…
La família al completo mirando el ritual! |
Está viejo!!!! Ay, ay, ay!!! |
El
bus salía a 11:30 de la mañana, aun nos quedaba tiempo así que Isra se echó un
rato y yo acabé de recoger todos los trastos… Cuando despertó, aunque seguía
con molestias…Milagro: ¡LA FIEBRE HABÍA BAJADO DEL TODO! (¿Seria el
quitaempachos de Mario?)
Tras
despedirnos de Mercedes y Mayito y hacernos la selfie de rigor nos fuimos a la
parada del bus que estaba frente al museo en el que se encuentran los recuerdos
de la Guerra Fría que tuvo lugar en 1961.
Exterior museo Playa Girón |
De izquierda a derecha: Isra, Mayito, yo y Mercedes |
El
autobús de la cadena Vía Azul, nos llevó en 1h30’ a Cienfuegos donde nos
esperaban Lyli y Valentin en la parada de bus con su gran labrador, su casa no
estaba lejos. Una casa preciosa con un patio interior repleto de plantas y una
habitación perfecta para descansar un poco.
Al
llegar yo empecé a encontrarme mal… o no, ¡ahora estábamos los dos enfermos!
Descansamos durante casi toda la tarde, apenas teníamos fuerzas para hacer
visitas, pero sacamos esa motivación extra de conocer lo desconocido y por la
tarde nos fuimos a visitar Cienfuegos y Punta Gorda.
Cienfuegos
es una ciudad grande de unos 165.113habitantes, conocida como la “París de
Cuba”. A pesar de haber quedado atrapada en los años 50, como todo en este
país, las casas coloniales, sus columnas, su colores, sus plazas y su arquitectura
ecléctica revelan la elegancia que hubo en esta ciudad y es por eso que fue
declarada Patrimonio de la Unesco en 2005.
Arco de triunfo de Cienfuegos |
Monumento a José Martí |
En
bici recorrimos el centro rápidamente y visitamos el teatro Tomás Terry en la
plaza José Martí (en todas las ciudades cubanas hay una plaza José Martí).
Desde allí nos fuimos bordeando la costa hasta el paseo y malecón dirección sud
llegamos a Punta Gorda, el viejo barrio de clase alta de Cienfuegos, que se
caracteriza por sus casas de listones y palacios con torres. Llegamos al final
del paseo hasta la glorieta del extremo sur del Centro Recreativo la Punta,
allí no había más remedio que dar la vuelta o ponerse a nadar, las vistas de la
bahía eran IMPRESIONANTES…
Por el malecon de camino a Punta Gorda |
Niños jugando en las calles de Cienfuegos, esto casi no se ve por aquí... |
Decidimos contemplarlas desde un bar, Villa Lagarto,
con una gran terraza con vistas a al mar, mientras planeábamos el día de mañana
siempre con la frase de inicio: “Si nos
encontramos bien…” A nuestro lado se sentaban dos chicos que mientras
hablaban de sus cosas se fijaban en los complementos que llevábamos, gafas
Eassun, zapatillas Northwave, marcas de “moreno paleta”…, no tardaron en
preguntarnos si éramos ciclistas y uno de ellos, muy aficionado, ¡nos aclaró
muchas dudas que teníamos en el mapa! Tras un rato de charla volvimos a casa de
Lyli y Valentín por el mismo camino de ida.
Planeando el día en Villa Lagarto |
Si no hay barcas...LAS FABRICAMOS! ;) |
Tras
la ducha, ya nos tenían preparada la cena, aunque acordamos que haríamos cena
para uno y comeríamos los dos ya que no estábamos muy finos… (en Cuba los
platos que nos servían eran descomunales, las casas particulares no escatimaban
por tal de que no quedaras insatisfecho).
Aun
con la esperanza de que por la mañana amaneceríamos bien para poder coger la
bici, nos fuimos a la cama a descansar. Nuestra idea era seguir con el camino
hacia Trinidad donde nos reuniríamos con Riki, un conocido de Nacho, un amigo
Vilassar, pero no sabíamos si en Vía Azul o en bici (ojalá fuera la segunda!).
Acaba otro día en Cuba... |
Esta
noche Isra no me despertó por la fiebre, íbamos bien, pero yo no paré de
visitar el baño en toda la noche, íbamos mal…
DETALLES TÉCNICOS
CASA
DE ALQUILER:
-
Brisa Sur (Lyli y Valentin)
Calle 46, nº 5605
Cienfuefos, Cuba
Teléfono:+52766791
Email: lilyvalentin2@gmail.com
Precio:
25CUC/noche con desayuno (unos 20€)
CARACTERISTICAS
TERRENO
Recorrido
en autobús, pero si se quiere hacer en bici 100% asfalto en buen estado
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