20/11/2013
Hoy
teníamos que recorrer los casi 200Km que separan Sen Monorom y Kratie. Como no
teníamos demasiado tiempo para hacerlos en bici, decidimos viajar en “taxivan”,
tal y como hicimos para ir a Ban Lung. Fue en este viaje dónde supimos lo
cómodos que fuimos entonces… ¿¿32 personas en un coche de 12 plazas?? ¡SÍ SE
PUEDE!
Fuimos
de nuevo a desayunar a Green House, que fue dónde compramos los billetes el día
anterior. El Taxi llegó sobre las 9:00 de la mañana lleno de gente, nosotros
nos sentamos en la parte trasera, encima de la bandeja del maletero y el
conductor cargó las bicis en el portaequipajes con uno de esos nudos imposibles
de soltar…
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Esperando el "taxivan" en Green House |
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Bicis cargadas! |
Seguido
fuimos a recoger a más gente en la
parada de taxis. Por el camino, que duró unos 5’ conocimos a un chico de
Durango, que se sentaba justo delante nuestro y a su novia francesa que trabajaba
en una ONG. Por casualidad el chico de Durango regentaba una guesthouse en
Kratie junto a otro compañero de Durango. Acabamos pasando con ellos las
siguientes dos noches.
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29 y subiendo...! |
Pensábamos
que ya no podíamos recoger más gente, y mientras el chico español se reía de nosotros
diciéndonos que en la bandeja cabrían unas 6 personas más, nosotros no dábamos crédito
viendo como se llenaba a rebosar la taxivan… de Kratie debimos salir unas 29
personas, cada una encontrando su hueco más “cómodo” ¡hasta el conductor
compartía su asiento con una mujer sentada en su lado izquierdo!
Pero
esto aun no había acabado... durante el camino fuimos recogiendo alguna persona
más e incluso ¡una silla de madera maciza de unos 60Kg! El viaje fue muy
diferente, pero sin duda, MUY DIVERTIDO!!
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Transporte de hielo a 40grados!! |
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Creo que ya no cabe nada más... |
A
Kratie llegamos sobre las 14h y acompañados del chico vasco fuimos a que nos
enseñara su guesthouse (Star guesthouse, aunque tenía previsto llamarse Bambú guesthouse
en breve…). El sitio era encantador y bastante acogedor, todas las habitaciones
estaban decoradas con pinturas hechas a mano y en la azotea había una terraza
con un bar decorado de bambú y hamacas entre los pilares.
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Habitación pintada a mano de Star Guesthouse |
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Paredes originales! |
Dejamos
“los trastos” en la habitación y fuimos a comer algo al bar de la esquina
llamado Tokae, también regentado por un español, esta vez catalán de Barcelona,
dónde tenía buena comida, cerveza fría y nos trataron de lujo.
Con
el tiempo justo fuimos con las bicis a la orilla del río a coger el ferry ( en
realidad una pequeña embarcación) que nos llevaría a Koh Trong, una isla en
medio del Mekong de unos 10 Km de largo repleta de campesinos, vida rural y
muchísima tranquilidad…
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Cruzando el Mekong de camino a Koh Trong |
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Seguro que algo pesca!! |
Pasamos allí un par de horas rodeando toda la isla de
punta a punta disfrutando de los campos de arroz, de los niños y adultos con
sus “hello’s”, campesinos labrando con sus vacas, niños recogiendo frutas de
los árboles… una vida tan diferente y a tan solo a una horas de avión…
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Vida en la Isla de Koh Trong |
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Niñas cogiendo fruta...
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Poblados flotantes en Koh Trong |
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Carreteras de la Isla... |
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Campesino labrando con su "tractor" |
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LLegamos al final! |
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Tirando del carro!! |
Al
atardecer fuimos de nuevo a Kratie, dimos un paseo por su gran mercado, y volvimos
a cenar en Tokae (si es que somos de costumbres…). Mañana también lo pasaríamos
aquí, así que nos fuimos con demasiada prisa a dormir…
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Paraditas del mercado de Kratie: "Ñam Ñam" |
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Más paraditas... |
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"Nuestro" restaurante en Kratie |
DETALLES DEL PASEO POR KOH TRONG:
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